miércoles, 19 de marzo de 2014

María.

Abrió los ojos cuando aquellas manos enguantadas sacaron su cabeza del agua, su cabello mojado bailaba tambaleante sobre su frente, quedando pegado a esta, dejándole ver con cierta dificultad su reflejo difuminarse con las ondas del agua.

Su mente parecía ausentarse por momentos, dejando de sentir el frío aire estrellarse contra su piel humedecida, dejando de notar como el terso cuero le mantenía sujeta frente a ese bordillo de cemento cubierto de moho y suciedad que se hundía en el suelo como si de un estandarte se tratase.

Tomó aire cuando notó las manos de la chica empujarle nuevamente hacia el agua helada, le tocaría volver a luchar por salir a la superficie, por tomar otra bocanada de aire, por aferrarse a la vida tal y como había hecho durante todos estos años.

Mientras el agua invadía nuevamente cada centímetro de su rostro pudo ver imágenes en su cabeza, imágenes que le presentaban momentos clave de la que había sido su aburrida vida, una vida en la que no había hecho daño a nadie, una vida escrita en mil preguntas sin respuesta.

Esa sensación de ahogo volvía a su pecho, volvía a anudar su garganta con fuerza, como una corbata de espinos que se aferraba a su ahora lastimada piel.

La volvió a sacar...nuevamente la brisa, pudo ver a los niños jugar en el parque que colindaba con la fuente, oyó el chirriar de los columpios oxidados, el lúgubre cantar de los cuervos que volaban formando perfectos círculos sobre las cabezas de los infantes, cada sonido, cada olor la transportaba a otros mundos de forma casi instantánea.

Balbuceó, tratando de emitir algún sonido que hiciese parar a su agresora, trató de girar la cabeza, cosa que la hizo recibir un fuerte tirón de pelo, haciéndola mirar nuevamente al frente, los niños ahora se encontraban cerca de ella, mirándola directamente a los ojos mientras los cuervos daban buena cuenta de su piel, arrancándola de sus cuerpos aun vivos con precisos picotazos, manchando su oscuro plumaje de un brillante tono carmesí.

Los reconoció, allí estaban todos: Su hija Carla, Marcos, el pequeño de la casa...y como no, Marta y Javier, sus sobrinos.

Observó la poca piel que los cuervos dejaron en sus cabezas ahora carentes de pelo, contemplo como dicha piel tornaba en tonos grisáceos, dejando que las venas se marcasen sobre esta.

Se giró buscando ver la cara a la otra chica en el momento en que pequeñas larvas blanquecinas comenzaron a abrirse paso desde dentro de los cráneos de los chicos, devorando todos los tejidos blandos a su paso, invadiendo sus cuencas y bocas...

-¡¿Q-que está pasando?!- Gritó horrorizada, subiendo la mirada hacia los ojos de su agresora, quedando paralizada en el momento que vio el rostro de la chica mientras el olor a podredumbre y el arrastrar de cientos de gusanos invadieron su cuerpo.

-Te estoy matando, María.- Dijo con total parsimonia, retirando una de las manos de su pelo, para sacar de la riñonera una pequeña jeringa llena con algún tipo de liquido amarillento, semitransparente. María la miró horrorizada, se veía a si misma en el rostro de aquella que en pocos segundos decidiría que hacer con su vida. Sus ojos, sus labios, todas sus facciones eran idénticas a las propias...

-P...pero...¿Tú...quien eres...?- Dijo paralizada por el miedo, a la par que la finísima aguja atravesaba la piel de su brazo, directa hacia la vena, sin piedad alguna...

-Oh, cierto, no me presenté...perdona mis modales, mi nombre es Heroína.- En ese momento María pudo sentir como el liquido entraba en su cuerpo, apagando todas las luces mientras la ambulancia, acompañada por su ruidosa sirena se abría paso entre el gentío...

Demasiado tarde.

4 comentarios:

  1. Impresionante. No es el primero de tus relatos que tengo el oscuro placer de leer, pero me sigue impactando igual que el primer día ¡Y espero que no sea el último!

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    1. ¡Esperemos que no lo sea! Gracias por leer, y como no, por comentar. :)

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  2. Un relato tremendo, de gran fuerza visual y emocional. Como siempre consigues con tu forma de escribir crear un mensaje que impacta en lo más hondo, no dejas a nadie impasible ^^

    Como dicen por ahí arriba, un placer volverte a leer y mi agradecimiento por dejarnos regalos de esta categoría, son un placer para la vista.

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    1. ¿Placer? Un placer es ver que os pasáis por aquí. Y no agradezcas nada, mujer, no hace falta ^^

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